No acepté entrevistas los primeros días.
Aceptaré pocas los próximos días.
Porque no se trata de mí.
Entiendo este rol como la herramienta que sustenta un proyecto más grande: comunicar, informar, inspirar.
Para todos.
Un Ecuador mejor.
Pero, ¿qué es Ecuador?
Una nación -Ecuador u otra- es un constructo de nuestro cerebro. Como las estructuras sociales, las religiones y los significados.
Un país es como un sistema en constante cambio por influencias externas e internas. Y -como su cerebro- nunca llega a un punto final.
Es como un sistema que busca, procesa, adapta, información.
Luego, ¿quién es Ecuador?
¿Usted?
Por un instante, imagine cada nuevo gobierno como el reinicio del sistema. Ese sistema se resetea pero no llega a ser una nueva pizarra en blanco.
Ese país reseteado viene pre-equipado con -al menos- un lenguaje, unas historias, una experiencias, unos valores. Pero es un país incompleto.
¿Cómo lo completamos?
Cuando Usted nace, su cerebro no es una pizarra en blanco. Necesita de la interacción con el mundo circundante para construir las redes neuronales y desarrollarse.
Igual sucede con el país con un nuevo gobierno.
Imagine este país como una gran conversación inspirada en un motivo superior.
Usted es parte de esa conversación. Más allá de su voto en los momentos electorales.
Usted puede, o no, coincidir con equis argumento.
Por ejemplo: el encuentro.
Pero Usted tiene sus propias ideas.
Usted va a criticar las ajenas.
Puede sintonizar, colaborar, evangelizar con las públicas.
Callar.
Tuitear.
P*tear.
Y la paradoja es que aun en el rol de contendor, Usted es parte del encuentro.
Así entiendo la nomenclatura “encuentro”.
En este caso, contextualizado como “Encuentro Nacional”.
Porque los contextos mandan.
Este “Encuentro Nacional” es como una causa común.
Pero… hay tantos encuentros, en tantos países, sobre tantos temas.
Encuentros, choques y re-encuentros.
¿Cómo construir esa narrativa de muchos encuentros?
Esa es la tarea.
¿Por qué construir esa narrativa de muchos encuentros?
Porque los porqué construyen significados.
Como dice la publicidad de Quilmes (2014): “porque nunca es igual. Porque cada encuentro te transforma. Te hace mejor. Te suma…”
Cada encuentro suma cuando las partes terminan en la misma página.
Como el punto (.) que provoca la pausa para regresar al asterisco (*). Esa señal que llama la atención sobre las notas al margen.
Encuentro. * Nacional.
¿Es posible un “Encuentro Nacional”?
Está claro que todos pensamos diferente.
Está claro que la ecuatorianidad de cada cédula de identidad nos une como comunidad.
Pero el imaginario colectivo de lo nacional está fracturado.
Exceptuando logros deportivos o la Tri, ese mito nacional, carece de simbolismos fuertes. Ha escondido a sus héroes.
De hecho, exhibe a los antihéroes.
Sobreexpone a los villanos.
Divide. Diverge. Aparta.
Es más, parecería que en su película nacional sólo hay malvados.
¿Y los buenos?
¿Dónde están los héroes?
Su cerebro presta atención al ¡bang! inesperado.
Poner atención a lo inusual, inesperado, hace que su cerebro recalibre su modelo mental del mundo.
Para David Eagleman, en “Livewired” (2020), su cerebro trabaja maximizando la información. Lo llama “infotropismo”.
Su cerebro ajusta sus circuitos neuronales para maximizar la data que le llega del mundo circundante. Y para maximizar la interpretación que dará a esa data.
¿Qué sucede cuando las noticias, comentarios, posteos, son sólo negativas?
Sus respuestas comportamentales se ajustan para sobrevivir.
Luego, ¿cómo balancear el flujo de información que Usted procesa?
¿Cómo ajustar la respuesta comportamental posterior?
Los invito a cambiar el chip mental negativo.
Los invito a exaltar a los héroes.
Usted.
Los ecuatorianos.
Los invito a re-encontrar esos héroes cotidianos -que nacen, crecen, viven, comen, trabajan, critican, juegan y mueren- entre nosotros.
Ahi -en ese instante de pausar y repensar- empezaremos a cambiar este Ecuador por uno mejor.
