COMPORTAMIENTO · POLÍTICA · COMPOL · TIEMPO · ELECCIONES
Cuando los electores esperan soluciones rápidas pero el sistema funciona lento, todos pierden.
El mundo se mueve a una velocidad vertiginosa.
Y sigue acelerándose.
Usted vive en la era de fast food, fast fashion, fast delivery.
Fast travel.
Fast intelligence.
Luego Usted se ha vuelto impaciente.
Usted se ha vuelto impaciente y las cosas se han vuelto transitorias.
Y como el tiempo es oro, Usted acelera más.
Así permite que lo urgente supere a lo importante.
Que el corto plazo desplace al largo plazo.
Que la táctica se ejecute sin estrategia.
Pero “las tácticas sin estrategia son el ruido antes de la derrota”, decía Sun Tzu.
El riesgo de enfocarse en lo urgente, cortoplacista y táctico es que los yerros de uno se convierten en los errores que sufren muchos más.
Usted espera de los políticos soluciones rápidas a sus problemas estructurales y sistémicos. Y cuando Usted crece en un entorno de escasez e incertidumbre, Usted no puede esperar por grandes recompensas futuras. Prefiere compensaciones inmediatas.
Pero la democracia funciona un ritmo más lento.
Y los cambios societales suceden a un ritmo más lento.
Entre las expectativas de los electores y las soluciones que ofrece el sistema hay una asincronía que debilita al sistema y a los actores políticos; y abre el espacio para las ofertas políticas que funcionan como atajos simplistas, precipitados y muy emocionales.
¿Los outsiders son “emprendedores políticos”?
“La precipitación y la superficialidad son la enfermedad mental del siglo XX y más que en ningún otro lugar esta enfermedad se refleja en la prensa”, dijo Alexandr Solzhenitsyn en el discurso de graduación de Harvard (1978).
Atajos simplistas y emocionales como el movimiento electoral “Movimiento Ciudadano ¡Soluciones Ya!” de la novela distópica “Todo va a mejorar” (2022) de la española Almudena Grandes.
Los atajos simplistas, precipitados y muy emocionales pueden generar compensaciones inmediatas pero (también) transitorias.
Obiter dictum: atajos políticos, comerciales, de marca, económicos, mediáticos, deportivos, da igual…
Al parecer ya no se trata de generar grandes proyectos o grandes ideas, sino proyectos o ideas simples, escalables y repetibles.
Y, ¿qué pasa con los problemas estructurales y sistémicos?
¿Qué pasa con las preocupaciones societales?
¿Que pasa con la solución de sus problemas?
“Un amigo me preguntaba por qué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije: Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión” comentaba el poeta Heinrich Heine.