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Re-humanizar a la oposición para construir un verdadero nuevo país
Pertenecer a una comunidad es esencial en su supervivencia.
Usted crea alianzas basadas en lazos familiares, afinidades políticas, creencias religiosas, intereses económicos, preferencias de amigos o -simplemente- motivos arbitrarios.
Pero además sucede algo: Usted agrupa a los suyos como “nosotros”, a los demás como “los otros”.
Incluso los niños de 5 años ven el mundo en términos de “nosotros” versus “los otros”, dice Adam Waytz, psicólogo de Northwestern University.
En un momento, su cerebro deja de ver a “los otros” como seres humanos (iguales a Usted) y los ve como animales u objetos.
Los deshumaniza.
Para Nour Kteily, un psicólogo de Northwestern University, la habilidad de ver a “los otros” como menos que humanos es una programación ancestral en su cerebro.
“Tenemos una increíble capacidad de colaboración, es lo que nos hace humanos; y sin embargo tenemos también esta capacidad para la otredad”, dice Kteily.
Y esta otredad no sólo está presente en conflictos armados.
Está en la política.
Y en la retórica.
Y en redes sociales.
Ahora.
¿Por qué su cerebro deshumaniza a “los otros”?
El conflicto “nosotros” versus “los otros” está codificado en su cerebro.
Pero el efecto de exogrupo/endogrupo es más complejo que sólo cosificar o nombrar a alguien como a un animal. La retórica violenta tiene repercusiones morales.
En la era nazi, los judíos eran considerados “ratas” o “parásitos”.
Para los anticorreístas, los correístas son “borregos”.
Para la oposición italiana, la primera ministra afrodescendiente Cécile Kyenge era como un “orangután”.
Los Hutu, en Ruanda, consideraban a los Tutsis como “cucarachas”.
Estudios en Princeton han demostrado que cuando Usted deshumaniza a “los otros” se encienden las regiones del cerebro asociadas al asco y al odio (como la ínsula o la amígdala). Y se apagan las regiones cerebrales asociadas a la empatía (como el cortex prefontal medial).
¿Qué hace Usted con las “ratas” o las “cucarachas” o los “parásitos”?
Los extermina.
Si bien no hay estudios que confirmen que la deshumanización conlleva comportamientos violentos contra “los otros”, el uso de (des)calificativos animales aumenta la disposición de las personas a respaldar la ofensa con acciones.
Un estudio de Florence Enock -investigadora del equipo de Seguridad en Línea del Instituto Alan Turing- y Harriet Over -Universidad de York- descubrió que las personas estaban dispuestas a “perjudicar a esos grupos” calificados como indeseables e identificados como “cucarachas”.
Ahora, ¿es posible re-humanizar a la oposición?
Si su cerebro tiene la capacidad para la otredad y su deshumanización; entonces también tiene la capacidad para la re-humanización.
Es más, necesitamos re-humanizar a las partes para colaborar y construir un verdadero nuevo país.
¿Cómo?
¿Cómo salir del conflicto de “nosotros” y “los otros”?
Conversando.
Con menos datos, hechos y estadísticas, que no generan empatía.
Cambiando el patrón mental.
Compartiendo relatos.